Hoy viene a verme. Él, Él en persona. 11
No intento resistirme, por supuesto. 11
Irónico y burlón, llega dispuesto 11
a “salvarme de lo que me obsesiona”: 11
tal dice. Su belleza desentona 11
con el eterno universal denuesto 11
del que le han hecho objeto; aparte de esto, 11
me ofrece lo que nunca se perdona. 11
Tendiendo, en fin, el ominoso pliego, 11
me ha mirado con ansia tan humana 11
que chispean sus ojos con el fuego. 11
¡Un alto precio por una manzana! 11
Temblando igual que Él, respiro y niego, 11
pero no sé lo que diré mañana. 11
Este poema viene, de lo que podríamos llamar “maquetas”, de uno
de los muchos poemas de Carmen Jodra. Esta “maqueta” se llama ÉPOCA NEGRA, donde Carmen, en su ciclo satánico añade seis
sonetos más. Los sonetos son seis etapas que van desde la tentación del diablo
para atraerla al vicio, hasta el descubrimiento de la insatisfacción que
produce el pecado. Entre ellos para mí ha destacado el tercero, que va sobre la
visita del diablo.
El poema habla sobre que la tentación va a visitarla (v.1) y que
ella, claro está, no va a poner resistencia (v.2) porque es lo que desea y en
lo que piensa constantemente. La tentación, o “El diablo”, va seguro (v.3), se
percibe que no tiene prisa y que estará ahí esperando por si todo te abruma y
quieres dejarte llevar. Con un tono burlón (v.3), porque sabe bien dónde te
quiere meter y es consciente de que a veces, no hay salida. La tentación da una
falsa sensación de seguridad, que hace que todos los pensamientos que te
invaden la cabeza y todos los sentimientos que te llenan el pecho, al fin
tengan una solución (v.4). Pero esa falsa sensación también es gratificante (v.5),
tanto, que piensas que realmente podrías hundirte en ella. En ese mundo de
lujuria (v.6), donde el mal es su propio mártir (v.7), le ofrece la rebeldía de
lo prohibido (v.8).
Dando ya por hecho que la propuesta sería aceptada, se puede
notar el fuego de lo que podría ser dejarse llevar (tercer verso). Un alto
precio hay que pagar por el pecado (v.12) y en el momento de la verdad, lo
rechaza (v.13), pero claro está que no es una respuesta de solo un día, y la
tentación está siempre ahí, y es una opción que siempre se podría aceptar.
El soneto consta de 4 estrofas, dos de ellas con cuatro versos y
las otras dos de tres versos. Todos son endecasílabos. La rima la he señalado
en el mismo poema con un color diferente para que se distinga fácilmente. Se
repiten las siguientes: -ona, -esto, -ego, -ana.
El poema incluye metáforas, que son las siguientes: “se belleza
desentona”, que sería que la tentación y la lujuria incluye una extraña
satisfacción. “Me ofrece lo que nunca se perdona”, que significa que le ofrece
el pecado. “Un precio alto por una manzana”, que da referencia a la historia de
“Adán y Eva”, las primeras personas creadas por “Dios”, que vivían en el
paraíso, con la única regla de no comer de las manzanas de un árbol, pues era
pecado. Y significa todo lo que se podría perder por pecar. “Pero no sé lo que
diré mañana” significa que la tentación está siempre ahí.
Aila, 3º ESO D
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